El escritor presentó en Ciaño su obra «Cabaret Pompeya», ambientada en la Barcelona de principios del pasado siglo.
Langreo, J. A. Vega.
Foto: Fernando Rodríguez. |
Nunca la presentación de un libro tuvo un sentido tan literal como el vivido el pasado viernes en la Casa de La Buelga en Ciaño. El escritor Andreu Martín llegó a Langreo con el primer ejemplar salido de imprenta de su última publicación «Cabaret Pompeya», premio Sant Joan Uninn. El acto estuvo organizado por Cauce del Nalón y la Universidad de Oviedo, en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. Martín fue presentado por José Parejo que destacó «el atrevimiento que tiene al indagar en territorios tan delicados como la violencia y el mal, haciéndolo con una pureza clara y contundente».
Andreu Martín comenzó haciendo dos confesiones y una amenaza. Las confesiones hacían referencia a que se trataba del libro de su vida y que no podríamos leerlo en corto plazo porque la edición que aparecerá en las librerías, en los próximos días, será solo en catalán, una de las condiciones que conlleva el premio recibido. La amenaza era la de leer a los asistentes párrafos del libro, porque siempre le ha gustado leer. Tanto que de pequeño leía sin control en su habitación y cuando algo le gustaba mucho, salía corriendo al pasillo a leérselo a su madre.
Martín descubrió que la obra tuvo su origen en la feria del libro de Frankfurt, donde se encontró con un amigo escritor que no veía desde hacía tiempo y que le animó a escribir la «gran novela sobre Barcelona». En aquel momento no le dio importancia y le comentó que eso era precisamente lo que se proponía cada vez que empezaba una novela. Pero en el avión de regreso la idea empezó a darle vueltas en la cabeza y llegó a la conclusión de que, si realmente quería escribir la gran novela de Barcelona, tendría que hablar de la los años veinte. Por eso, la trama de la novela gira en torno a tres personajes cuyas vidas se unen en el cabaret que da título al libro.
Martín explicó que, desde el principio, se planteó Cabaret Pompeya como una obra de tintes policíacos, basada en una historia de ficción. Pero la documentación histórica es tan importante en la obra que provoca una interacción y termina dominando el libro. El escritor señaló que las páginas del libro se fueron convirtiendo en un crisol donde se fundieron recuerdos y tributos familiares, como su tío, bandoneonista de tangos, del que recuperó muchos de los recuerdos que éste le había contado.
Así que no tuvo reparos en confesar que es la obra más personal en estos años. Tanto que cree que todo lo que ha escrito hasta ahora ha sido un ensayo para llegar a este libro. Ese el motivo por el que «estoy asustado y emocionado como lo estuve con mi primera novela y no tengo claro si estoy al final de una trayectoria o al comienzo de otra».
[Copyright diario La Nueva España, 8-11-11. Foto Fernando Rodríguez.]