Foto: Fernando Rodríguez. La Nueva España. |
Langreo, J.A. VEGA
De la mano, un cineasta y un experto en desarrollo territorial son capaces de poner en marcha proyectos para mantener activo el medio rural en pleno siglo XXI. Tom Fernández y Jaime Izquierdo presentaron su propuesta para vincular el cine y el territorio en la Casa de La Buelga en Ciaño. El acto organizado por la asociación cultural Cauce del Nalón en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas fue presentado por Miguel Ángel Martínez y Aladino Fernández.
El acto comenzó con una práctica de su propuesta, la proyección de «La ley de la montaña» último proyecto documental del director asturiano, presentado días atrás en Somiedo. Se trata de una pieza para el Ecomuseo local que huye del habitual formato documental y en el que son protagonistas vacas, ovejas y perros. Fernández quiere que sea una reivindicación del trabajo que hacen los ganaderos y pastores somedanos para la conservación de un mundo que parece desaparecer, pero que «es vital para mantener un patrimonio y una tradición ya que favorece el medio ambiente y la biodiversidad".
A continuación Jaime Izquierdo comenzó explicar el proyecto en el que llevan trabajando varios años, relacionándolo con la tarea de las Misiones Pedagógicas puestas en marcha por el gobierno de la II República, comprometido con las clases más desfavorecidas, las comunidades rurales. Destacó que las Misiones eran «un moderno modelo de fomento y promoción cultural» en el que se acercaban al medio rural las producciones culturales de las ciudades. El objetivo era llevar a los pueblos el aliento del progreso y los medios para participar en él. Unos pueblos que han pasado de la saturación a la desertización demográfica, de la ocupación al abandono absoluto del campo y de la incomunicación a la megacomunicación.
Izquierdo confesó que el proyecto de llevar el cine al medio rural es una excusa para motivar y sensibilizar sobre la necesidad de mantener el trabajo de las comunidades rurales. Seleccionan un lugar y un territorio transcendente, contactan con la sociedad local, elaboran el proyecto, hacen un trabajo de campo previo, ruedan, hacen el montaje y edición y estrenan en el pueblo. Su primera experiencia se realizó en San Esteban de Cuñaba en Peñamellera Baja, «un ejemplo de organización propia de comunidades aisladas» y ahora están a punto de finalizar el proyecto de Alcorisa en Teruel.
Su apuesta por el medio rural es compartida por los dos. Fernández afirmó que huyó de Madrid -donde era guionista de series de éxito como «Siete vidas» y volvió a Asturias para trabajar en proyectos como «La Torre de Suso» o «¿Para que sirve un oso?»- porque ahora sería incapaz de contar una historia de ciudad. Considera que hay que cambiar la mentalidad de la gente sobre el medio rural porque hay un exceso de proteccionismo de la naturaleza y no se tiene en cuenta a la gente que vive allí. Izquierdo insistió en esa línea y recordó una frase de George Pompidou, presidente de la República Francesa que en el año 1971 dijo que «la naturaleza europea es una naturaleza manejada por el hombre»
Cuestionado por el público por la visión del cine español sobre lo rural, Fernández subrayó que durante mucho tiempo se ha filmado como algo oscuro y truculento, muy distinto del trabajo de cineastas franceses e ingleses que adoran el paisaje, lo ponen en valor y lo exportan «mientras nosotros nos hemos quedado en Las Hurdes». Y llevando el tema a su experiencia personal, recordó que los paisajes que aparecen en su segundo largometraje han servido para que mucha gente se haya acercado a conocer Somiedo. Así que finalizó su intervención reivindicando su trabajo porque «mi tarea es vender el territorio al que estoy vinculado sentimentalmente».
[Copyright diario La Nueva España, 27-2-12.]